
En vista de los días de descanso y comidas que nos brindó la Semana Santa, muchos se animan a comenzar con la práctica del deporte justo a la vuelta de las vacaciones, una práctica que, por h o por b, dejaron abandonada (sustituida por el sofá o el estrés de la silla de oficina) hace mucho tiempo. ¿Cómo volver a hacer ejercicio sin dejarse la piel en el intento?
Elige una actividad que te guste y motive
Volver a hacer ejercicio no debe considerarse como una tortura, sino más bien como una forma de desahogo y relax. Por ello, lo mejor es elegir un deporte o actividad física que realmente te invite a incorporarlo en tu rutina diaria. Tienes una gama amplísima donde elegir: pádel, fútbol, running, vóley,…
Plantéate pequeños retos
A todos nos gusta superar determinadas metas, alcanzar nuestros objetivos. Si eres constante y te planteas pequeños retos a corto plazo (siempre teniendo en cuenta tu condición física y sin pasarte de la raya) puedes llegar a incorporar el ejercicio a tu día a día de manera mucho más sólida y duradera.
No pienses que estás en los viejos tiempos
Después de un tiempo más que considerable con el sofá por bandera, es lógico que al volver a hacer ejercicio no tengas la condición física de cuando entrenabas en el equipo siendo adolescente. No te pidas más de lo que tu cuerpo puede aguantar, ve poco a poco, de menos a más. De esta forma puedes evitar lesiones.
Utiliza calzado y ropa apropiada
Si no lo haces puedes acabar con dolores y heridas (e incluso lesiones) completamente innecesarios. No es imprescindible llevar a juego hasta el último complemento deportivo, pero utilizar unas zapatillas deportivas adaptadas al ejercicio que vas a practicar o un vestuario cómodo y transpirable nunca vienen mal.
Si tenías pensado volver a hacer ejercicio a la vuelta de Semana Santa, ten en cuenta estos breves consejos y todo irá sobre ruedas.
Foto: http://bit.ly/1jv9jjb